NUESTRA HISTORIA...

NUESTRA HISTORIA COMO IGLESIA: CENTRO CRISTIANO CRISTO PARA LA FAMILIA

HISTORIA DEL CENTRO CRISTIANO CRISTO PARA LA FAMILIA  1

Estamos por cumplir siete años el Domingo 20 de Agosto del año en curso. Con el motivo del Aniversario les contaré la historia de esta iglesia.

Había iniciado iglesias en una casa, bajo un tamarindo, arriba de una mesa, etc., pero nunca lo había hecho predicando en la calle ¡y luego tocando y cantando con mi guitarra! los que me conocen se han de estar riendo porque ¡obviamente ni soy músico, ni cantante! sin embargo en el 2008 tenía un puesto en la Vía Morelos, frente al 75. Por ese tiempo tenía cinco años que había venido de Tepito, Dios me había sacado para no regresar. Había un joven que siempre salía borracho de una tienda llamada La Norteña, siempre me decía "Boni, párame un taxi para que me lleve a mi casa", yo lo hacía, le decía al chofer que lo llevara a su casa. Hasta que un día le dije al Señor: "Señor, dame esta alma para tu honra y tu gloria", y ¡zas! que me la da. Yo le había dicho a Dios que ya no quería pastorear, quería hacer alguna otra cosa pero no pastorear. Había pasado algunas experiencias amargas y ya no quería volverlas a pasar. Ese día cuando me dí cuenta, ya lo había dicho, ni hablar. No vi a ese joven hasta al mes, se presentó en mi negocio y me dijo que se había ido a un anexo para alcohólicos y drogadictos, y me dijo que en 15 días salía. Pasaron los quince días y fue a verme, entre otras cosas le dije que lo iba a llevar a una iglesia para que lo discipularan, me dijo lo que no quería escuchar: "No, Boni, quiero que tú me discipules", ¡Híjole, mejor te llevo a una iglesia, ahí te van a atender mejor, etc.!, y se la pinté muy bonito ja ja ja ja ¡pero ni así quiso! bueno, pues ni hablar. Empecé a discipularlo ahí en la calle, ya encarrerado empecé hablar de Jesucristo. De tal manera que ya no medía el éxito del día por las ventas, sino por la cantidad de almas que les hablábamos del Señor y continuaban su camino.La gente se paraba a escucharnos cantar (algunos nos daban dinero ja ja ja ja). Ahora ya no éramos dos sino cuatro que estábamos ahí. Creyó un joven que andaba buscando trabajo, oramos y le dieron el empleo. Creyó otro que vivía donde guardaba mis cosas, en fin, ya éramos cuatro.

Nos cooperábamos para obsequiar CDs de alabanzas, testimonios, etc., en la esquina había un Café de Chinos, y decidímos reunirnos ahí las tardes de los días Miércoles. Esta es otra etapa. La seguiré contando mañana. Dios les bendiga. Atte. Bonifacio Arzola A.

Pastor fundador del CCCF

Hechos 20:24